Tal vez sea el horario, o la música en mis auriculares o la memoria milenaria de la naturaleza hablándome al oído, lo cierto es que florece desde mi ser un sentimiento muy fuerte de amor y gratitud a la vida...
Gratitud a mi familia, a mi esposa Pamela Robles, que con cada exacto miligramo de su personalidad e intuición, hace de los días una hermosa y divertida aventura, digna de ser vivida feliz.
A Mateo, nuestro hijo, el primer testimonio vivo de nuestro amor, de nuestra esperanza de mejorar el mundo, porque nos permite estar a su lado en su alegría, en su dolor, y nos permite disfrutar de su luz, esa inmensa luz de curiosidad y amor puro, tan puro como las pocas palabras que intentan expresarlo.
A Amadeo, la nueva gotita de luz que resume la existencia, la confirmación sellada de nuestro proyecto de vida, ese increible ser que desde el vientre ya se expresa y nos hace saber que sus gustos y habilidades son únicas y diferentes.
A mi madre, que hace 9 biciestos, me daba la opción de la vida, me cuidaba noches enteras en mis dolencias, me llevaba colgado en su espalda del baño a la pieza, que iluminaba las mañanas de mi niñez cuando entraba con leche calentita y me enseñó el primer recurso al miedo... "Angel de la guarda, dulce compañía, no me dejes solo, ni de noche, ni de día".
A mi padre y a su padre que lo apoyó, y que a través de grandes valores creo su familia, saltó obstáculos, superó crisis, perdonó y creció, y sigue creciendo, que en silencio me ayuda tanto día a día, que el solo hecho de imaginarlo con su mano en mi hombro derecho, la energía concentrada del universo fluye para que pueda crear lo que mi inquieta mente traduce.
A mis hermanas, las primeras evidencias del amor, mis segundas madres, mis primeras amigas, gracias por Kevin, Guido, Cande, Meli, Magui, Emi que me dieron y dan tantas alegrías, tantas aventuras, tantos recuerdos felices, y hoy tanto apoyo a mis hijos.
A mis hermanos mis amigos, socios, compadres, gracias por la sangre que nos une en cada cumpleaño, cuando un sonido muy particular luego de un debate instalado y de sacudir el polvo, distorsiona esa falsa realidad al mismo momento que los más agudos sentidos cruzan. Y gracias a sus hijos Aylu, Lucas y Jorgito o Adrianita Junior.
A Carlos Sanchez y Sandra Mendoza, por compartir conmigo este incansable y pleno camino de crecimiento, gracias de corazón.
A Polras Pablo Pizarro, por tantos años de trabajar juntos, por sus nobles valores y por crear algo tan alto y grande como RAS, una fuente de plenitud que me permite hacer lo que amo, ayudar a la gente y ver crecer a mis hijos.
A mis amigos, compañeros de trabajo, clientes, socios que son las especias de mis comidas, le dan el sabor perfecto a mis días.
Gracias, gracias, gracias principalmente a vos, si al leer esto estás agradeciendo a tus padres, a tu familia, amigos, y a tu oportunidad de vivir.
Tuesday, May 31, 2016
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