Wednesday, December 26, 2012

Regando de vida

Quiero expresar en palabras, un universo de sensaciones que tuve el honor de experimentar el lunes 24/12/2012 a la madrugada, mientras regábamos la finca con mi padre y mi hermano Jorge, aunque el relato solo menciona a mi padre.

Regando de vida

La tierra sedienta se expandía bajo mis pies aquella noche, el aire cálido e inmóvil abrillantaba la piel del más friolento,
Las chicharras y sapos aturdían con silencios, mientras tres cuartos de luna, prometían acompañarnos hasta las 2:30.
Era más de media noche, pala y rastrillo al hombro salimos hacia la compuerta con mi padre.
Mientras nos acercábamos, en la nocturna lentitud, se escuchaba el campaneo del agua que avanzaba por la acequia.
La tierra se encrespaba al presentir su pronta llegada.
Era el momento, el instante previo al milagro, piernas en cada lado de la acequia, las dos manos sobre la manija de la compuerta, un suspiro profundo y …jjjjjjjj... ese sonido que libera el agua.
Como un perro que corre a encontrar a su dueño, así rueda el agua hacia la tierra,
Saltando, llenando cada espacio, rodeando obstáculos, adaptando su fluir para llegar lo más rápido posible. El primer roce con los labios de la tierra, parece una disculpa por su ausencia,
Luego, una onda de luz invisible se expande hacia cada granito de tierra.

Y allá, al pié de la compuerta, los brillantes ojos de mi padre, inmutables, observan con sorpresa de "primera vez", ese milagro que tal vez ha visto 1500 veces.
Solo el aire teñido por la tierra mojada, revivía sus recuerdos, que parecían renovarse cada vez.
Afloraba en su estampa la fuerza vital, su salud era plena y su corazón repetía en cada latido, por favor DIOS, regálame un riego más…

Así transcurría la noche, la luna sonreía cálida, mientras quitaba su manto blanco del cielo,
Al mismo tiempo se descubría esa bóveda milenaria de estrellas,
La banda blanca que cruzaba el cielo nos dejaba pequeños,
Pero los pies en el agua tibia nos engrandecía.
Y en cada paso sobre el agua, sentir la respuesta a los secretos de la viva. Los mismos que nuestros abuelos intentaron revelarnos a destiempo.

Al rato recorrimos la finca, mi padre concentrado jugaba, se divertía entendiendo el agua,
rastreaba sus micro pasos, adivinaba su camino y se regocijaba cuando una hora más tarde veía sus huellas donde lo predijo.
Era un fluir permanente de emociones, la pacha recostada mirando el cielo suspiraba y agradecía al tata DIOS por el agua, la vida que surgía de ella, las plantas satisfechas, las acequias y los surcos, la compuerta, y las manos de mi padre que la abrían cada vez.

Las primeras cinco partes del día habían pasado finalizando el riego, el cielo blanco de estrellas, un tenue degradé azulado en el este anunciando el amanecer, el aire era un crisol de aromas, el calor y cansancio pusieron mi atención en un paisaje sin igual:
Era una vieja canchita de futbol en un potrero, que el agua había inundado 20 cm, la quietud de la noche lo convertía en un espeje perfecto, me senté en el medio con las piernas extendidas, estiré mis brazos hacia atrás y cerré los ojos en calma.
Unos minutos después los abrí para descubrir que ya no estaba en la tierra, el espejo de agua reflejaba la bóveda estrellada en forma exacta, dejándome en el centro de una esfera. Las estrellas más lejanas estaban a centímetros de mis manos, con mi dedo toqué el lucero que solo aparece en la madrugada y un tren de 7 ondas se expandieron llevando consigo mi plenitud total hacia el resto de la esfera.

Me paré y continué caminado por ese universo, hasta llegar al jardín de mi casa, donde mi padre me esperaba, traté en vano de contarle lo que había experimentado con balbuceantes palabras, para darme cuenta minutos después, que solo una mirada y una leve sonrisa eran suficientes para saber que había estado allí, en ese lugar mágico donde él habita hace varias décadas.

Thursday, August 9, 2012

El guardián del RIO

En pleno campo, a orillas de la huella del RIO TUNUYÁN en Villa Antigua, LA PAZ, Mendoza, existe un solitario ÁLAMO BLANCO, que al verlo muy lejos de su hábitat natural, me inspiró y le escribí esto: 

Blanco guardián del río, 
tatuado de historias, 
faro y testigo del sudor junquillero, 
ayudante del noble del vaquero, 
desafiaste el campo y allí te elevas, 
compañero inseparable de sabias arenas, 
con fuerza lugareña dejaste tu familia y creciste lejos, 
fiel a tu destino, sedujiste el agua y te nutrirte de vida, 
hoy al verte firme, alto, fundido en el cielo, 
veo a cada persona que sin conocerte,
seguimos tu ejemplo!!..


Algunas imágenes del álamo y de los viajes a visitarlo!!







Nuestro Terruño

En una sobremesa con tonos violáceos, una tarde de otoño, divagábamos con el compadre, amigo y hermano Jorge, sobre el deseo de volver a nuestra tierra La Paz, y surgió una duda simple y a su vez compleja: ¿Por qué nos atrae tanto nuestros terruños?
Tratamos de pensar si era la gente, su clima, su geografía, la paz, la tranquilidad, la educación, la salud. Nada parecía alcanzar para definir ese sentimiento que presiona el pecho, irradiando ideas de progreso y generando fuerza para actuar.
Los días pasaron, dicen que en las buenas preguntas está la llave del saber, y si sos paciente siempre llega la respuesta.
Una mañana que pasaba por los pagos paceños, luego de estar varios días lejos, al mirar por la ventana del colectivo, vi los primeros rayos de febo acariciando el campo, en ese momento, la pacha mama se tomo la molestia de mostrarme claramente una de tantas respuesta.

Nuestro terruño, en nuestro caso La Paz, Mendoza:


Es la llave mística al alma que nos conecta con nuestra mejor parte.
Es contemplar y disfrutar realmente ese péndulo dorado que surca el cielo y marca el ritmo de la vida.
Es la fuerza de una álamo para decidir crecer en pleno campo.
Es un permanente desafío, es convicción y una fuente inagotable de energía.
Es disfrutar lo simple, lo importante, lo primero.
Es descubrirse ajeno a uno mismo y sentirse parte de todo.
Es un crisol de colores detrás de sus grises y es la gigantesca rosa sobre sus espinas.
Es escuchar la vida que late en la tierra, entenderla, complacerla.
Es lo agrio de un junquillo que quita la sed en el campo.
Es un cielo blanco en las noches más negras.
Es lo hermoso, lo sano, lo tranquilo.
Es el origen de nuestra historia que suma a nuestra identidad.


Es gratitud constante solo por pisar el suelo,
Es un lugar, solo un simple lugar, pero es La Paz Nuestra Terruño!!




Feliz aniversario a mi amado departamento LA PAZ - MENDOZA - ARGENTINA, en este 4 de Agosto de 2012!!!