Thursday, December 27, 2018

Recuerdos del presente pasado

Y ahí estábamos con 3 cucharas de alpaca cavando para dejar pasar el agua que mi padre había frenado con un tapón de tierra... así estrenaban mi cerebro, los recuerdos de esta increíble vida que decidí transitar una vez más.
Los recuerdos, poderosas perlas que subyacen entre la fantasía y la realidad, relucen al sentir el olor de las hojas de eucalipto quemarse, o el olor a la morenita al resguardarse el sol en verano, ni hablar de un retaca consumida lentamente por el beneficio de alejar los mosquitos. Y así florecen miles y miles de recuerdos que dejaré profundamente escritos en superficiales frases que sólo su alma podrá entender.
Recuerdo los primeros pasos de nuestro perro Tovi en el callejón frente a las granadas.
Recuerdo el perfecto caminito que dejaban las vacas desde el corral al tacho del agua, y que transitaba cada mañana para ordeñar.
Recuerdo la Mocha, la Mochita, la Pachanga y la Pachanguita, como también la Lola.
Recuerdo mi madre amasando 10 kg de haria para hornear 22 panes.
Recuerdo a mi padre trayendo leña con el macho y la mula, con la cadena de gancho y el balancín.
Recuerdo esas tardes de verdolaga y cerraja en la viña de Don Cochelo para los conejos.
Recuerdo también los halcones galácticos en el televisor de Doña Juana a las 18:00 hs.
Recuerdo la frase: Andá a pedir un pan a Doña Juana, decile que mañan amaso y se lo devuelvo, cuidado al cruzar la calle, mirá a ambos lados de la calle antes de cruzar.
Recuerdo las cientos de horas que dedicamos con Jorge a fabricar un autito a pedales sin éxito.
Recuerdo las siestas enteras que Lachi jugaba con la PUKI entre los olivos.
Recuerdo a mis hermanos Carlos e Ines enviándonos a comprar shampu en sachet para bañarse e irse al baile en el salón de actos de La Paz.
Recuerdo el cajón atrás de las bicicletas.
Recuerdo la cosecha de aceitunas, las carpas de cosechadores, el olor a aceite en las mantas que se colocaban debajo del árbol.
Recuerdo recorrer kilómetros arriba de los alambrados con Jorge.
Recuerdo las cuevas que hacíamos en las morenitas y las cañotas.
Recuerdo la balsa en la represa, entre las totoras.
Recuerdo la huerta con frutillas al lado del tranque australiano.
Recuerdo la cosecha de ciruelas Santa Rosa y las damascas bandera española.
Recuerdo a Sergio Denis sonando en los parlantes del club y mi hermana Ines lanzando un tronco de muchos kilos al aire como una pluma al escucharlo.
Recuerdo el cultivo de cebollas con un palo de escoba en la tierra mojada.
Recuerdo el olor a una tormenta que se avecinaba.
Recuerdo la temperatura exacta del agua de lluvia en verano.
Recuerdo el olor a la chepica cubierta de rocío con el cielo rojizo en un amanecer.
Recuerdo la espera del micro de la TAC que llegaba de Mendoza y nos llevaba al pueblo.
Recuerdo los almuerzos de sábado y domingo con los 7 sentados a la mesa.
Recuerdo las siestas de verano metidos en el tacho de agua de las vacas.
Recuerdo el lago de arena debajo del olivo, testigo de las mejores historias.
Recuerdo los autos de juguete que tallábamos con Jorge en ladrillo con un machete.
Recuerdo los pegazos hechos de barro y con plumas como alas.
Recuerdo con emoción a Débacon y las decenas de Debaquin que atravesó antes de morir.
Recuerdo las avispas naranjas arrastrando arañas pollito desde el olmo hasta las paredes de adobe de la vieja casa.
Recuerdo cada cuarto de la casa vieja, su galpón, los gallineros, conejeras y chiqueros que habían en sus cuartos vacíos, y hasta un corral de cabra.
Recuerdo cada carneo de invierno, mi padre buscando vecinos para colaborar, y mi madre haciendo embutidos, chanfaina y preparando la carne para el asado.
Recuerdo la salsa y duraznos al natural, el tacho donde se hervían las botellas, y la mañana siguiente cuando se sacaban para guardarlas.
Recuerdo dormir bajo las estrellas cuando temblaba.
Recuerdo el dulce de leche o ricota que se hacía cuando sobraba leche del a venta diaria.
Recuerdo decenas de dulces de fruta que hacía mi madre con la olla redonda o la olla grande.
Recuerdo pisar la uva descalzo que usaba mi padre para hacer vino (la moledora).
Recuerdo mi madre pidiendo que le haga cosquilla en el brazo.
Recuerdo a mi padre pidiendo que le haga masaje en la espalda.
Recuerdo los cuentos de mi padre antes de dormir.
Recuerdo mi madre horas y días enteros a mi lado cuando enfermaba.
Recuerdo mi madre llevándome en sus hombros del baño a la pieza cuando me bañaba.
Recuerdo los robots que hacíamos de cajas de cartón de té en las noches.
Recuerdo las miles de aventuras que inventábamos con 3 muñecos y 4 autos.
Recuerdo el sol mágico, el sol artificial y las batallas noche a noche.
Recuerdo comer chorizos secos colgados en el techo de mi habitación.
Recuerdo sacar árboles de raíz con mi padre como un juego de paciencia y estrategia.
Recuerdo las caminatas de 5km cuando debíamos ir al pueblo, algo que recuerdo de forma maravillosa aunque mi madre lo hacía por no tener para el pasaje del micro.
Recuerdo las aventuras con mi tío Arturo y sus infinitas enseñanzas.
Recuerdo las carreras de barquitos en la acequia chiquita con mis hermanos.
Recuerdo recorrer las acequias arriba de un tronco flotando.
Recuerdo los patos y gansos, los gallos de riña y los pavos reales.
Recuerdo limpiando el patio en las tardes de verano.
Recuerdo cuando aprendí a andar en bicicleta en ese mismo patio limpio por mi padre.
Recuerdo las obras de teatro con los vecinos, entrenando horas para mostrarla a los adultos.
Recuerdo la primaria de Villa Antigua y su eterno maestro Diaz.
Recuerdo carpintería, los recreos de 15, 10 y 5 minutos.
Recuerdo a Vicente Barahona tocando la campana.
Recuerdo el comedor escolar y los viajes a la Escuela Hogar.
Recuerdo tantas cosas y la vez me parecen tan pocas...
Recuerdo una gran infancia con libertad, placer, plenitud, alegría, velocidad, ingenio, creatividad infinita, amor... resumiendo, recuerdo felicidad.
Gracias por estas simples cosas que recuerdo, simplemente, porque ahora le toca guardar esos recuerdos a mis hijos.
Gracias, gracias, gracias por esta vida que se pone cada vez más linda!!..








Thursday, September 20, 2018

Liderando la vida


En ese camino del emprendedor, que comenzó exactamente cuando recibí el regalo de la vida, me encontré maravillado y curioso, caminando. En ese camino que serpenteaba por valles y sus montañas, llanuras y pantanos, desiertos y selvas, en ese mismo camino caminaba. Transitando inconscientemente alegre, o paralizado temeroso, acortando el camino con infantiles trampas, o desgastado corriendo presuroso. Ahí estaba, mirando el mundo como hoy juzgo, lo ve mi hijo Amadeo de 2 años, que donde pone el ojo, lleva el cuerpo, aunque caiga en la grieta que está delante. Y en ese camino conocí personas, que también caminaban sus caminos, los veía en paralelo varios kilómetros y les ofrecí caminar juntos, aunque no sabía donde iba, pero sabía que quería caminar. Esas personas tenían sus familias y sus historias, sus miedos y ambiciones, y sobre todo, sus verdaderos cuentos imaginarios. Y ahí estábamos todos, caminando hacía allá, día a día, mes a mes, constantes, en linea recta, en círculo, de subida o de bajada, pero siempre caminando. Mi confianza y optimismo eran contagiosos, aunque tuviéramos que pasar por terrenos pantanosos, lo peor era ensuciarnos la ropa, lastimarnos algo, pero siempre habría tiempo de sanar. Así varios años, que se hicieron un lustro, y luego una década, y de todas esas personas, solo quedamos dos, Pablo y yo, rompiendo la comodidad para lograr algo grande. En el transcurso de esos 10 años formé mi familia, unifiqué mi camino con Pame, y juntos le regalamos la vida a dos gotitas de luz que nos llenaron de coraje y miedos. Ya no era tan fácil caminar libremente inconsciente, apuntando al utópico horizonte deseado. La naturaleza milenaria hizo su parte, cual rayo une la tierra y el cielo parpadeando, mis neuronas conectaron mis hemisferios y zaazzz.. la primera de miles de preguntas .. Que estoy haciendo?. Hasta ahora mi intuición me había guiado, mi valentía me mantenía en movimiento, vaya a saber hacia donde, pero ya no era suficiente, claro que no. 

Caminante no hay camino, se hace camino al andar... tantas veces canté esa canción con mi guitarra, y hoy lo podía entender. Beneficiado por la vida que elegí, otro caminante me acompañaba de cerca, mi hermano Carlos. Él me regaló la píldora de la verdadera liberar, cuando me mostró las opciones, tal vez había una píldora azul, aunque solo vi la roja, y todo mi ser me decía que debía tomarla, era la entrada a un nuevo mundo del que acertadamente, Morfeo en la película Matrix, le dijo a Neo: DECIDE BIEN, PORQUE DE LO QUE DECIDAS, NO HABRÁ VUELTA ATRÁS. 

Así conocí el mundo de Fernando Flores, un hombre que con o sin miedos, dedicó su vida, a mi juicio, a hackear la vida humana, hasta escribir parte de su código fuente, y con su emprendimiento Pluralistic Network, lo puso en colores para todos nosotros. Me embarqué en su programa Ser un Embajador de Posibilidades con Nacho, otro caminante que también iba para allá y nos subimos al mismo camino de RAS y del crecimiento progresivo, gracias Nacho!!. Conocimos por primera vez palabras raras, frases incoherentes, básicamente caracteres verdes que bajaban por el pequeño monitor por el que observamos la vida. Varios meses pasaron y fueron cayendo una a una las enseñanzas, fuimos adoptando nuevas prácticas, retrocediendo primero, para avanzar mucho más después. El camino seguía pero ya esta vez, nosotros eramos sus fabricantes, como los antiguos trabajadores ferroviarios que ponían rieles mientras el tren avanzaba con los materiales para seguir expandiendo las vías, así comenzamos a avanzar con más firmeza. En unos meses más, entendí que lo importante no era saber todo, sino caminar junto a personas que sepan más, y avancé con el segundo programa de Fernando Flores, el WEST, un programa para formar líderes que duraría varios meses más. Maravillado avancé en este camino donde conocí la excelencia, la forma de hacer bien las cosas, cómo movilizar personas que no están a mi cargo, básicamente, cómo sumar más personas para construir juntos el camino, y así fue. 

En poco tiempo, éramos muchas personas de diferentes orígenes, creencias, valores.. aportando a construir el camino de mejorar la calidad de vida de los pacientes, esta noble tarea de ayudar a los que nos cuidan y curan. Las posibilidades eran cada vez más evidentes, comenzaron a aparecer nuevos mundos,  nuevos caminantes, y llegó Fede en soporte, Pablito Santi con ITDS, BIOBOX con Fernando y Angel, llegó GURU con Leo, Mati, Emi, Gera, Ale y Guille, llego SendIT con Gabriel, PrestoBots con Maru y Mario, Nahuel con un Estudio Contable modelo, Andres Anello manteniendo equipos de nuestros clientes, Eli con Infodattos, Lucas y Tano Migliaro con su apertura a la innovación, y tantos otros amigos que no alcanzo a nombrar, y con ellos se expandieron nuestras posibilidades de ayudar a más empresas del sector salud. Seguimos algunos kilómetros juntos, y nos dimos cuenta que algo nos faltaba para ser efectivos, en nuestro país viviendo una transformación profunda, y la nuevas metas que nos propusimos de ayudar a más empresas, apareció NAS, el Núcleo Asociativo de Salud, impulsado por la UE. Gracias Nahuel por abrir esta posibilidad que tomamos sin dudar, y gracias Alejandro por tu compromiso con esta iniciativa que hiciste tangible en nosotros. 
Por esas cosas que los planetas disfrutan hacer al alinearse, llego un día Carlos a Mendoza y nos dió una charla a NAS, sobre las relaciones que creamos con nuestros pares R = R, y despejó nuestra ceguera, diciendo: Si quieren que sus empresas mejoren, comiencen por ustedes mismos. En pocas semanas estábamos comenzando con Sandra, Pablo, Santiago y Carlos a través de su empresa INSPIRING, un programa de formación de líderes++, que hoy, al momento de escribir estas palabras, está casi terminando, y en el cual, quiero compartir mi aprendizaje en los siguientes párrafos.

Aprendí que R = R, y esto significa que la calidad de las Relaciones con otras personas, es directamente proporcional a los Resultados. Aprendí que todos los seres humanos, vivimos siempre en un estado de ánimo que nos ilumina u opaca las posibilidades. Aprendí que nuestros cerebros son una máquina de emitir juicios automáticos, que se basan en nuestra historia, y que ayudan a ahorrar energía mental. Aprendí que los juicios son evaluaciones que hacemos de la vida y al darlos o recibirlos, permitimos que nuevos mundos se formen. Aprendí que observamos la vida, a través de nuestra historia, y hay tantas formas de ver el mundo, como personas vivan sobre la tierra. Aprendí que las empresas más innovadoras de la historia, las ciudades y monumentos más maravillosos del mundo, las grandes obras de arte, y mucho más, nacieron con una declaración de un ser humano, una poderosa y tan simple declaración como: Voy a crear una muralla que defienda China de los ataques Mongoles, como también otra simple declaración que creó la empresa más valiosa del mundo: Piensa diferente, Apple.

Aprendí tal vez lo más impactante: "Si los estados de ánimo nos abren o cierran posibilidades para crear nuevos mundos, y se basan en juicios que tenemos sobre nuestras posibilidades de futuro, y esos juicios son evaluaciones que hacemos según nuestros estándares internos, estándares que fuimos construyendo según nuestra cultura, nuestra familia, nuestra trayectoria, y que por lo general somos ciegos que están ahí y nos guían, entonces... si nos hacemos consciente de esos estándares, los podemos ver, y si los vemos, los podemos cambiar y mejorar, y si cambian los estándares, cambian los juicios de nuestras posibilidades de futuro, y si cambian las posibilidades de futuro, cambia nuestro estado de ánimo, que a su vez, nos permite crear un nuevo mundo que no existe, y justamente, es el nuevo mundo que quiero"

Así que acá estoy, caminando y mejorando junto a grandes amigos, grandes personas de las que aprendo permanentemente, agradecido de vivir y descubrir, de ver y escuchar, de oler y degustar lo mismo que antes, pero esta vez despierto, viendo esos lazos brillantes que unen sueños, escuchando promesas que llevan a la acción, buscando equilibrio entre dar y recibir, atrayendo más personas comprometidas a este camino, como Leandro en Paraná, disfrutando el juego de emprender, sintiendo el impacto directo, poderoso, de una declaración, entendiendo que todo tiene un precio que antes no veía sino, hasta muy tarde. 

Gracias INSPIRING, por este programa maravilloso, gracias Sandra por tu entrega profesional desde esas primeras conversaciones de coaching por los comienzos del 2013, hasta ahora, gracias!!.. Gracias Santiago por esa primera sesión y las demás, gracias por ser parte de la PODEROSA FOTO DE MI PADRE EN MI PARED que me inspira día a día, gracias Pablo por la impecabilidad de tus prácticas, que logran que las cosas ocurran y garantizan el cumplimiento de las promesas, y gracias Carlos por este vínculo hermoso que no hace falta explicaciones. Gracias de corazón a mis compañeros de NAS y a seguir trabajando, siento que esto recién empieza y hay mucho por hacer y disfrutar!!..
Abrazo grande.

Thursday, May 10, 2018

Feliz 3er año Mateo

Gotita de luz que resumes la existencia... así comenzaba nuestra relación hace más de tres años hijito, así llegabas Mateo. En ese hermoso Valle al pie de la montaña, tu mamá dijo las más dulces palabras que te anunciaban. Concentrada capacitación de padre y madre. En un hombro, el ángel de la naturaleza nos calmaba, y en el otro, el ángel de la mente nos agitaba, en un bendito equilibrio. Y ahí estábamos, comprando eternas cosas nuevas, llorando, riendo nerviosos, respirando profundo aunque aveces no lo suficiente, ordenando el nido, pintando paredes, aprendiendo a manejar en una semana, haciendo el curso preparto donde disfrutaban nuestra inexperiencia, analizando el camino más corto al hospital, soñando con tu cara, con tu voz, viviendo esos destellos que proyectaban tu vida entera en segundos, para volver al presente rápidamente. Así llegaste hijito ese 14 de mayo de 2015, llegaste con esa gran luz que cada día nos acaricia con tu ingenio y ternura. A los 8 meses ya pasabas fotos en el celu con tu dedito, en tu primer vuelta al sol ya encastrabas correctamente cantidad de piezas, guardabas una por una cada moneda en el chanchito, y creciste sin parar mes tras mes, aprendiste uno a uno los colores, los números hasta el 100, las figuras geométricas hasta esas raras de pronunciar que no recordamos, las letras, y seguiste con las palabras, empezaste a unir tus propias ideas, descubriste que con tus dedos podías formar rombos y cuadrados, círculos y trapecios, robaste el celular de tu niñera y para ver tus videos favoritos, aprendiste el abecedario en inglés y español, entendiste que si el semáforo está rojo debemos parar y si está verde podemos caminar, y todo tan natural, hasta parece sin esfuerzo, lo hiciste constante y progresivo, sumando una tras una pequeñas grandes victorias, recorriste el Parque Central cada día de primavera, verano y otoño.. subiste a cada tobogán hasta que aprendiste a columpiarte, ahí todo cambio, comiste arena varias veces, viniste por un abrazo y seguiste adelante y si, porque acá estamos para acompañarte mi negro, tu mamá, la mejor mamá del mundo y yo, siempre te acompañamos y apoyamos, la energía creadora del mundo que recibimos de nuestros padres te la damos a vos, te enseñamos a administrarla y aprovecharla, te ayudamos a gestionar tus estados de ánimo, aunque aveces seas vos quien nos dice BASTA!, si no podemos gestionar la nuestra. Recibiste a tu hermano Amadeo con una grandeza digna de vos, rápidamente compraste el perfil de hermano mayor, y acá seguimos, tratando que esa carga sea lo más liviana posible. Te ganaste vos solo el corazón de tu madrina, tu padrino, tus tíos y primos, en especial a tus abuelos, y nuestros amigos y sus hijos. Te amamos con el corazón y el alma Mateo, dentro de poco podrás leer vos mismo cada cosa que provocas en nuestras vidas, te estamos profundamente agradecidos y te deseamos, en tu tercer año de vida, que sea el mejor de tu vida.