En este perfecto equilibrio entre lo bueno y lo malo, nos encontramos preguntándonos a veces ¿por qué nos suceden cosas malas? ¿que habremos hecho para merecer esto?, ¿qué culpas traemos de vidas pasadas?, y la verdad... hay muchas posibilidades y creencias que hemos adoptado para justificar o responder estas preguntas. Algunos hablamos de múltiples vidas terrenas y una sola alma, otros hablamos de castigos por malas actitudes en algún momento, entre otras opciones.
Hoy no sé ni me interesa saber cuál es la respuesta correcta, puesto que poco me aportaría ya que se trata del pasado y el pasado está ahí, atrás, donde no puedo tocar ni intervenir, tal vez pueda aprender para no equivocarme en otra ocasión.. pero ¿saben qué?, no tengo ganas de ir creando alarmas en mi mente cada vez que me equivoco, me desgasta mucho estar pensando todo el tiempo si esto ya me pasó antes, si debo actuar de forma diferente esta vez, si debo salir corriendo o volver a intentar. El pasado es el alimento del stress presente, gran parte del stress se debe al pasado a los miedos internos a equivocarnos, a volver a sufrir, a no poder superarlo esta vez.
Hoy, ahora, ya... creo que mucho mejor para hacer frente a todo esto es escuchar la voz de mi conciencia para encontrar mi camino de plenitud y eso es todo. En el post anterior hablé sobre lo importante de escuchar esta voz, ya que nos asegura que lo que decido o hago es lo mejor para mi plenitud y felicidad en este momento y para todo lo que nos rodea, ya sean personas, cosas, animales, vegetales, ángeles, puesto que todo lo que nombré forma distintos tipos de neuronas en este gigantesco cerebro universal, es decir Dios.
Cuando nos preocupamos por buscar la plenitud, cuando seguimos lo que amamos, cuando hacemos lo que nos hace sentir vivos, cuando disfrutamos al punto de pensar en hacerlo una, otra, y otra vida si pudiéramos, entonces atraemos a otras fuentes de energía que también están en nuestro plano evolutivo. Esto es doblemente bueno ya que nos conecta cada vez más, acalla el ramificador de posibilidades interior (esa voz que calcula opciones en nuestra cabeza y que nos aleja de la voz de la conciencia), y hace que todo nos salga bien!!!, tomando como bueno lo que nos haga estar felices la mayor parte del tiempo.
Cuando algo nos amarga, o nos pone tristes o nos causa un dolor fuerte en el corazón, debemos aceptar el dolor, tenerlo el tiempo suficiente para reflexionar sobre lo ocurrido y luego dejarlo ir, si lo dejamos adentro, comienza el molesto ramificador de posibilidades a hacernos sentir mucho peor al calcular opciones del porque paso esto, y les aseguro que las posibilidades que nos muestra son todas las basadas en nuestros miedos, las que atraen a seres obscuros que se alimentan de esos miedos. Esto de evaluar las peores opciones y actuar como si fuera así la realidad, en inteligencia emocional, se llama distorsión cognitiva.
Así que nada más que decir, a sufrir lo justo y necesario para mantener al universo en equilibrio, para reflexionar, para consultar en lo más profundo de nuestra conciencia y detectar que cosas debemos mejorar para estar más tiempo felices, a ayudar a otros seres a crecer si así nos demuestran que desean, a potenciarnos entre todos, a sentirnos partes de lo mismo, a comunicarnos con el corazón para crecer juntos, estemos o no físicamente juntos, y a perdonar. El perdón como una tranquilidad interior, es justamente dejar ir al dolor, no retenerlo ni alimentarlo, dejarlo ir, ya pasó la fuente que lo generó, si vuelve alguna vez sabré como aceptarlo y dejarlo ir nuevamente.
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